Vete a la mierda un rato

20170422

Debe hacer ya como 12 años de esta conversación, en la que un tío me estaba hablando de su grupo de metal extremo:

C: Pues nuestro grupo [blah blah blah…]
Yo: Es que, la verdad, no son estilos que siga mucho, a mí el black y el death pues…
C: Es que no hacemos black.
Yo: …
C: Ni death.
Yo: Ahá…
C: Hacemos black-death.

Aún me parto al recordarlo.

Y al final me compré un iPhone

20170221

Creedme, a mí me duele más que a vosotros 🙂

Como ya sabéis los que me seguís, al no encontrar dispositivos que cumpliesen todos los requisitos de lo que busco en un móvil he tenido que ir renunciando a varias cosas por el camino, como la pantalla pequeña, la batería intercambiable, el Dual SIM o la ranura para MicroSD. Pero hay dos cosas a las que no puedo renunciar:

  • Las actualizaciones de seguridad: Hoy en día es de extrema importancia tener un móvil con actualizaciones de seguridad. Un dispositivo en el que tenemos accesibles todo tipo de datos y comunicaciones personales, desde el que hacemos compras online y con el que gestionamos nuestras cuentas bancarias no puede estar ejecutando un sistema operativo desactualizado. ¿A que no entrarías a tu banca online desde Windows XP, que ya no tiene soporte, ni dejarías de instalar las actualizaciones de Flash en un ordenador desde el que vayas a hacer compras con tu tarjeta? El motivo es el mismo: sin actualizaciones, las vulnerabilidades no se corrigen, y estás a merced de los atacantes. Y ahora no solo te atacan cuando instalas software de origen dudoso, sino que pueden hacerlo en cualquier popup publicitario de cualquier web, sin que puedas protegerte por ti mismo. Sí, puedes rootear, instalar un firewall muy restrictivo y todo lo que quieras, pero la inversión de tiempo será muy alta y si tu sistema es un coladero seguirá siendo inseguro.
  • La duración de la batería: El Nexus 6P es de los pocos dispositivos actuales del mercado que cumple con el punto anterior, ya que las actualizaciones de Google llegaban cada mes puntualmente. Pero la batería, como comentaba en el anterior post, era un desastre: En 12 horas me quedaba sin batería aunque no lo hubiese utilizado apenas. Un vistazo rápido a los porcentajes del consumo de batería no dejaba lugar a dudas: alrededor del 40% de la batería era consumida por «Android OS» y «Sistema Android». Por lo tanto, no es que estuviese viciada: es un problema del consumo del sistema operativo. Y la verdad, tener que estar cargando el móvil 2 veces al día como mínimo es un coñazo. Y si me iba de viaje aún peor: tenía que andar con el cargador portátil a cuestas. Así que cuando se estropeó y Amazon me ofreció devolverlo, me deshice de él sin dudarlo.

Entonces pensé que no quedaba ninguna alternativa en absoluto, pero me di cuenta de que no había tenido en cuenta los demás sistemas operativos. Valoré Windows e iOS, pero el escaso catálogo de aplicaciones del primero es desolador, así que no es una opción real. Por tanto iOS no era una posible opción a escoger, sino que era la única que me quedaba… así que me compré un iPhone.

Sigo pensando de Apple lo mismo que he repetido tantas veces: Sus productos son insultantemente caros y es vergonzosa la obsesión que tienen con pensar por sus usuarios. Y ya no hablo de la famosa eliminación del minijack de audio, sino de tantas otras cosas:

  • Sí, tiene bluetooth, pero no vas a poder usarlo para enviar archivos. ¿Para qué podrías querer enviar archivos por bluetooth? Eso es taaaan de pobres…
  • Sí, tiene NFC, pero solo lo puedes usar para Apple Pay. ¿No ves que solo lo ponemos para poder ganar más dinero?
  • No, hombre, ¿para qué podrías querer carga inalámbrica? Haznos caso a nosotros, que para eso somos Apple: no quieres carga inalámbrica. Repite con nosotros «No quiero carga inalámbrica»

Aparte, he descubierto cosas ridículamente no configurables:

  • No hay forma de que no se vea el último caracter escrito de las contraseñas
  • No se puede configurar el tiempo que se posponen las alarmas (9 minutos sí o sí, o app de terceros)
  • No se puede configurar un teclado con la fila de números fija
  • No se puede escoger el navegador por defecto

Y reconozco que la cosa ha avanzado: han cogido cosas buenas de Android, como la barra de notificaciones, son menos restrictivos con las apps de lo que eran hace unos años… y siguen siendo dispositivos con una vida útil muy superior a la media de Android (y exageradamente superior si consideramos «vida útil» el tiempo que el dispositivo se mantienene actualizado), pero aún así no me iría a iOS si no fuese por la situación antes expuesta.

Todavía puede ser que no me adapte a iOS y venda el iPhone, pero sinceramente espero que no suceda. La idea de estar unos cuantos años tranquilo con el mismo dispositivo es realmente tentadora.

La telefonía móvil es frustrante

20170205

O será que yo soy muy exigente, no lo sé. Pero he ido rebajando mis requisitos una y otra vez, y ni por esas.

Al principio quería un móvil Android pequeño, que le durase mínimamente la batería, que fuese Dual SIM y que tuviese actualizaciones, por seguridad. Cuando me harté de las tonterías de BQ no encontré nada que cumpliese todo lo que quería, así que compré un Zuk Z1, que tenía una gran batería, era Dual SIM y tenía confirmada la actualización a Marshmallow. 5.5 pulgadas, pero por algún lado tenía que ceder en mis pretensiones. Además, siendo el primer teléfono de la nueva marca de Lenovo era de esperar que lo mimasen un mínimo…. Pero no. Después de esperar y esperar la actualización a Marshmallow nunca llegó, y ni siquiera teníamos actualizaciones de seguridad en condiciones. Al buscar alternativas comprobé que ningún fabricante (ni siquiera los que se habían comprometido a hacerlo) liberaba regularmente los parches de seguridad mensuales de Google. Y hoy en día debería ser algo prioritario: Ir por ahí con Lollipop sin actualizar y conectado a internet es casi tan suicida como navegar hoy en día desde Windows XP. Así que tocaba buscar otra cosa.

Si quieres parches de Google y las otras empresas fabricantes no te los dan… te quedan los Nexus y los Android One. Android One estaba descartado porque el único Android One que se vende en España es BQ, concretamente el Aquaris A4.5 (que de hecho es prácticamente el mismo teléfono que el M4.5, el BQ que yo tuve en su día), y solo hace falta darse una pequeña vuelta por los foros de soporte para ver que las actualizaciones son un desastre, igual que con el M4.5. Que las hace BQ, pero se supone que Google las revisa y aprueba, así que la culpa, hasta que se demuestre lo contrario, es de ambos.

En fin, que solo quedaba Nexus. Mi experiencia con la batería en el Nexus 5 me decía que tenía que ser cuidadoso en ese aspecto, así que opté por el Nexus 6P: actualizaciones de Google, un solo año en el mercado (lo que significa 2 años más de parches y un precio sustancialmente menor que en el momento de su salida al mercado) y una batería de 3450 mAh. Ah, sí: 6 pulgadas de pantalla y una sola SIM. Ya había renunciado al Dual SIM y a la pantalla pequeña, y me quedaba con los parches mensuales, necesarios por seguridad, y la batería.
Y esa gran batería tras la actualización a Nougat no pasa de las 12 horas en espera, y como es lógico dura menos cuanto más se usa la pantalla. Pero sin usar la pantalla, no llega al día.Hay a quien le llega, pero a mí no. Entiendo que el tener todo activado (bluetooth, wifi, GPS…) todo el día y tener el smartwatch permanentemente conectado reducen la vida de la batería, pero el ZUK (4100 mAh) me duraba casi 2 días con todo eso. Y en Lollipop, que se supone que es donde el consumo de batería no estaba todavía optimizado.
Así que esperé a que Google sacase la actualización que arreglase el bug del consumo de batería del Nexus 6P en Nougat. Porque tenía que ser un bug: ¿cómo va a durar tan poco con 3450 mAh? ¿Cuánto les dura entonces a los que se acaban de comprar un Google Pixel, que lleva el mismo sistema pero solo 2770 mAh? Pues a juzgar por las reviews les dura bastante más que a mi.
Despues de varios meses, y de llegar a Android 7.1 (con el que se lanzaron los Pixel), la actualización que arreglaba el consumo de batería nunca llegó. Y el otro día mi Nexus 6P se quedó colgado durante 10 segundos, se reinició y se quedó en bootloop sin acceso al recovery y sin ser detectado vía ADB. Y Amazon me ha dado la opción de devolver el móvil y que me devuelvan mi dinero, así que es lo que he hecho.

Pero ¿qué me compro? ¿Un pixel importado, para gastar cerca de 1000€, no tener garantía (al menos fácilmente, pues no se vende oficialmente en España) y que una actualización me deje sin poder usarlo con normalidad por culpa de la batería? Creo que, si nisiquiera Google se toma en serio las actualizaciones de los dispositivos, quizá ha llegado el momento de dejar Android 🙁

Mi montaña rusa particular con el BQ Aquaris M4.5

20160103

AquarisM4.5Desde hace unos meses mi móvil es un BQ Aquaris M4.5, que compré después de que mi Nexus 5 empezase a dar problemas con la cámara. Y solo puedo definir mi experiencia con él como una montaña rusa, ya que no he hecho más que pasar una y otra vez de estar contento con él a estar cabreado y más adelante de nuevo a estar contento, para frustrarme de nuevo poco después. Esto es lo que ha pasado:

  1. Contento: Tras mucho pensar, buscar y leer reviews me compro un BQ Aquaris M4.5. Yo quería un móvil pequeño, preferiblemente por debajo de las 5 pulgadas de pantalla, con Dual SIM y MicroSD. Quería una versión de Android actual, claro, y además una cierta garantía de que iba a recibir al menos la actualización a Android M. Idealmente me gustaría un Nexus po su política de actualizaciones, pero los actuales tamaños de pantalla lo hacen inviable para mí, así que tuve que conformarme con buscar algo que no me dejase tirado con la versión con la que comprase el teléfono. Además, quería 2 GB de RAM como mínimo, que fuese 4G y que tuviese una batería decente (el Nexus 5 era muy frustrante en ese aspecto). Y encontré este móvil, que además de todo lo anterior tenía cosas muy, muy interesantes, como un administrador de permisos o una herramienta para gestionar qué aplicaciones arrancan con el sistema operativo. Además, todo el mundo habla maravillas del soporte de BQ, y mi experiencia hace años con una tablet que les tuve que enviar no pudo ser mejor. Escojo la versión más alta de las 3 que existen para el M4.5, la que tiene 16 GB de espacio y 2 GB de RAM.
  2. Cabreado: Hay varios bugs importantes que requieren solución urgente (entre ellos Stagefright, que está sin parchear a pesar de que la mayor parte de fabricantes importantes habían enviado ya un parche para sus dispositivos recientes). Además, el rendimiento de la pantalla táctil no es gran cosa (es muy difícil escribir rápido), y frecuentemente el móvil se queda bloqueado, como si no fuese capaz de gestionar apropiadamente el cierre de las aplicaciones en segundo plano y se quedase sin memoria. Las maravillas que había leído sobre el servicio técnico de BQ no se aplican al trato con los clientes en su foro: he visto un montón de veces a la gente abrir un hilo haciendo dos preguntas, y al técnico de BQ responder solamente a la más fácil de las dos, ignorando la otra. El hecho de que yo trabaje en el campo de la atención al cliente me hace ser especialmente crítico, eso es cierto, pero creo que nadie puede poner en duda que las cosas no se hacen así.
  3. Contento: Llega una actualización que parchea Stagefright y promete mejoras en el rendimiento.
  4. Cabreado: Las mejoras en el rendimiento no las veo. La pantalla táctil sigue igual (o si hay una mejora es inapreciable) y se cargan dos de los motivos por lo que escogí ese móvil: el administrador de permisos y la herramienta para escoger qué aplicaciones se ejecutan al arranque. Al preguntarles por el motivo de que los hayan quitado sin ni siquiera ponerlo en la lista de cambios, responden que no han conseguido hacerlos funcionar apropiadamente (de verdad, esa fue su respuesta… a pesar de que no vi a nadie reportar problemas con esas herramientas, y la actualización no implicaba un salto de versión de Android). Así que sin administrador de permisos hasta el lanzamiento de Android M (en ese momento ni siquiera se había lanzado para los Nexus).
  5. Contento: BQ anuncia el A4.5, un móvil que es exactamente igual al M4.5 a nivel de hardware (excepto porque no tiene botones capacitivos, sino que lleva la navbar como los Nexus) y que forma parte del programa Andoid One, en el que los equipos reciben constantes actualizaciones supervisadas por Google, y garantizadas durante al menos 2 años. Casi un Nexus pequeño, para ser claros. Y enseguida pienso que quizá el M4.5 reciba las mismas actualizaciones, o que se pueda cambiar la ROM por la del A4.5
  6. Cabreado: BQ deja de vender el M4.5 en España y por otro lado un MVP de BQ confirma que no se puede instalar el firmware del A4.5 en el M4.5. Empiezo a temerme no tener actualizaciones nunca más.
  7. Contento: BQ lanza una nueva actualización que mejora el funcionamiento de la pantalla táctil, entre otros problemas. Pienso que quizá también se arreglen los problemas de cuelgues del terminal.
  8. Cabreado: Los problemas de cuelgues siguen ahí. Además, cada vez tengo más claro que 16 GB de memoria interna no son suficientes: Continuamente tengo que borrar aplicaciones porque me quedo sin espacio, a pesar de guardar la música y las fotos en la MicroSD.
  9. Contento: Veo en otro foro que los usuarios están instalando los firmwares del A4.5 en el M4.5 sin problemas, y alguno incluso confirma haber recibido la OTA de la actualizacion a Android M, no disponible para otros BQs. Lo único que no funciona, según dicen, son los botones capacitivos (lógico, ya que el A4.5 no los tiene). Además, con Android M se puede utilzar la MicroSD como memoria interna, con lo que mi MicroSD de 64 GB debería ser la solución a mis problemas de espacio. Y como decía antes, Android M trae de serie un administrador de permisos para las aplicaciones.
  10. Cabreado: Tras hacer backup (y mis backups son muy detallados y por tanto me llevan mucho tiempo) e instalar en mi M4.5 el firmware de Android M del A4.5 descubro un bug muy importante: falta el paquete de servicios Exchange, con lo que no se pueden añadir cuentas Exchange al dispositivo (salvo a través de aplicaciones de terceros, pero las pocas veces que he probado he comprobado que mi empresa tiene bloqueado el acceso desde esas aplicaciones, lo que me parece razonable). BQ confirma que está reportado para solucionarse en la siguiente actualización para la que, por supuesto, no pueden indicar ni fecha aproximada (si algo he aprendido en estos meses es que esto es marca de la casa). Hay algún apk por ahí que supuestamente soluciona el problema, pero no he encontrado ninguno de fuentes confiables que lo hiciese de verdad. Por tanto, vuelta al firmware del M4.5 y a restaurar el backup. Total: un montón de horas perdidas para terminar igual que empecé. Menos mal que las actualizaciones del A4.5 son supervisadas directamente por Google y blah blah blah, que si llegan a no supervisarlas…

Y ojo, que no todo es malo. La pantalla se ve fantásticamente bien a pesar de no ser FullHD (la verdad es que es un apartado del Nexus 5 que no echo nada de menos), la batería dura entre el doble y el triple de lo que duraba la del Nexus 5, la función Dual SIM es una pasada para los que tenemos que llevar encima el móvil personal y el del trabajo… y tampoco puedo decir que haya otro móvil en el mercado que suponga una alternativa clara que cumpla todos los requisitos que busco en un móvil. Supongo que en no mucho tiempo los usuarios del Aquaris M4.5 recibiremos la OTA de Android M. Y me pondré contento. Pero probablemente a continuación descubiriré un bug gordo, y me cabrearé. Y luego si hay suerte lanzarán otra actualización que lo solucione, y me pondré contento. Y luego descubriré que se han cargado otra cosa importante. Y me cabrearé. Y estamparé el teléfono contra el suelo (previo backup). Y me compraré otro móvil. Y me lamentaré de lo bien que parecía estar haciendo las cosas BQ, de lo poco que les faltó para que yo estuviese contento, y de que sin embargo siempre había algo empañando la experiencia.

Ojalá me equivoque.

Sí, el retoque con Photoshop ha ido demasiado lejos

20150329

La modelo que se ve al principio del vídeo ha sido muy modificada con Photoshop. El vídeo muestra cómo se fue modificando, y podemos ver la imagen de la que se partió:

¿Para qué tanto Photoshop? La original es también muy atractiva…

Huecco continúa su «evolución»

20140830

Cuando descubrí a Huecco en 2006, me pareció una pasada. Por supuesto, me dio pena como al que más que Sugarless desapareciese, pero la gente tiene derecho a emprender nuevos proyectos y cambiar de estilo, faltaría más. Poco después salió el disco y me gustó mucho: fusión de estilos sin preocuparse por el qué dirán. Unos meses después pude verlo en directo y escribí aquí sobre ello. El resumen es que, si bien había sacado un discazo, su actitud en directo era diferente de la que antes llevaba. Ya iba un poco de estrellita con Sugarless, pero con Huecco estaba desbocado.

Después de aquello no tenía puestas grandes esperanzas en los siguientes discos que pudiese sacar este hombre, aunque por supuesto estaba decidido a darles una oportunidad. Y oye, los otros dos discos que sacó eran (y son) cojonudos. Así que, dado que han pasado ya 3 años desde el último disco de Huecco, me puse a buscar si había novedades de este hombre… y vaya si las hay:

No solo el aspecto de Huecco es el mismo que el de los maniquíes de las tiendas de moda: es que la música suena igual que casi todo lo que se escucha hoy en día en la radio. Apenas hay melodía, mucho chunda-chunda de fondo con sus parones y arranques para que retumben los pubs, los efectos de las voces que usan todos los cantantes chungos… y poco más. ¿Qué queda de la fusión latina que caracterizaba a Huecco? Los tambores que usa a mitad del vídeo, algo de su forma de cantar, y ya. A ver qué pasa con el disco cuando salga, pero… miedo.

Killing my software

20140811

Este fin de semana estuve en el Festival Brincadeira que, aunque sigue con su tradicional eclecticismo (que hace unos años me permitió ver a Locomía inmediatamente a continuación de Europe en el mismo escenario), está evolucionando hacia un ambiente similar al del Reperkusión buscando el ambiente festivo y el baile como principal objetivo.

El caso es que, entre otros muchos, pude ver a Gloria Gaynor, que ofrece un show muy decente incluyendo muchas versiones para alegrar al personal, y entre ellas una de la mítica y ultraversionada Killing me softly. Y durante esta canción salió a relucir una frikada que creía olvidada, pero que solo estaba esperando su oportunidad para invadir mi cerebro sin autorización:

Esta versión llegó a mí hace muchos años (unos 15, calculo yo) y no pasó de ser algo que tenía cierta gracia, pero nada más. Y de pronto, un montón de años después, en medio del concierto, mi mente no podía cantar la canción original, sino solamente la versión frikosa. Tras un minuto o minuto y medio peleándo conmigo mismo, finalmente me rendí a mi lado retrogeek y canté, en medio de toda esa gente ajena a la cuestión, lo dura que era la vida con Windows 95.
Lo cuál tiene coña, porque yo pasé de Windows 3.11 a Windows 98.

La famosa «Ley de cookies»: cambios en el blog

20140127

Los que seáis un poco más frikis estaréis al tanto ya de la llamada «ley de cookies» (lo entrecomillo porque no existe como tal, sino que es parte de la LSSI). Otros, aunque no hayáis oído hablar de ella sí la estáis notando al navegar por ahí, cuando las webs os avisan de que utilizan cookies, de que al navegar por la web se acepta el uso de cookies, y otros avisos similares.

Yo llevo una temporada intentando encontrar algo que me permitiese cumplir con esta ley, y no he encontrado aobsolutamente ninguna opción sencilla, y el motivo es que por lo que he podido ver la legislación no pide que se informe a los usuarios de que se van a instalar cookies, sino que hay que pedirles permiso para poder instalarlas. Y eso es mucho más complicado de lo que parece, porque las cookies están en todas partes. Cookies para iniciar sesión, cookies para estadísticas, cookies para publicidad… el simple hecho de que en la web haya un vídeo de YouTube ya genera una cookie al cargar la web, aunque no se reproduzca el vídeo.
La mejor opción que he encontrado es el plugin cookillian, que pide permiso al usuario para instalar las cookies y puede bloquear las cookies de WordPress y las que se generen con código del header, pero no es capaz de parar las que se generen por contenido que esté en el cuerpo de la página: Por ejemplo, las de AdSense y YouTube no las para. Y a ver, teniendo en cuenta que llevo con Adsense casi 10 años, y que nunca he cobrado ni un duro, no me supone ningún problema quitar esos anuncios, pero la cookie de YouTube es otro tema. Quitar todos los vídeos del blog supone un buen golpe al contenido, además del hecho de no poder poner vídeos en el futuro. Y hay otra cosa más: No puedo estar pendiente de, si el día de mañana incrusto un objeto de otro tipo, comprobar si genera cookies o no.

Me planteé cerrar el blog, ya que al fin y al cabo ya (casi) nadie lo lee, y yo posteo con muy poca frecuencia, pero me da pena, después de tantos años escribiéndolo, y teniendo en cuenta que el coste del hosting es muy bajo. Así que ¿qué es lo que he hecho? Pues dado que la «ley de cookies» se aplica a aquellos que desempeñan una actividad económica en la web, he quitado todos los anuncios, que una cosa es que no me den pasta y estén ahí por si acaso, y otra que encima de no cobrar nada me vaya a romper la cabeza por su culpa.

Así que ahora todos contentos, el blog no incumple la normativa, yo puedo mantenerlo, y los que aún me leéis no veréis publicidad al entrar.