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La historia de la rana

20080517

Primero, una explicación para que no penséis que me he vuelto loco (más todavía, quiero decir). La historia que vais a leer fue inventada y contada simultáneamente, hace unos días, tirado un un sofá y con bastante sueño encima. Una vez terminada, y como las neuronas andan caras (y escasas) y uno no puede desaprovechar el fruto de su mente, la escribí en un borrador y ahora he decidido recuperarla. Pues eso.

Érase una vez que un niño de Wisconsin capturó una rana y la tuvo un par de días en su casa. Pero un día la rana salió al jardín e intentó cruzar la carretera. Y justo cuando dio el primer salto, se encontró con que había aterrizado en un camión que transportaba mercancía y pasaba por allí. La rana decidió esperar a que el camión se parara para bajarse, pero el camión no paró hasta llegar a Philadelphia, así que la rana se bajó allí.

Rana: Bueno, lo primero es probar el queso de aquí, que no se puede venir a Philadelphia y no probar el mítico queso Philadelphia…

Así que la rana se puso a comer queso Philadelphia por un tubo. Y es que la cuchara le resultaba incómoda, así que le pareció mejor utilzar un tubo que encontró tirado en la calle. Una vez que se jartó de tomar queso por el tubo, decidió dar un paseo, y se encontró a una pelota.

Rana: Vaaaya… cuántos colores tienes… ¿eres un arlequín?
Pelota: No, soy una pelota.
Rana: ¡Pero si las pelotas no hablan!
Pelota: Bueno, y tú eres una rana de Wisconsin que habla y come queso por un tubo y no te digo nada, no te jode.
Rana: Bueno, se acepta. ¿Vamos al Mercadona?

Y se fueron al Mercadona a comprar Salsa Bizia. Pero claro, solamente la venden en Eroski, así que se compraron refresco de fresa con burbujas, napolitanas de jamón y queso y una tarta helada. Y salieron de allí cargando con las bolsas.

Pelota: Espera, ¿cómo puede ser que estemos llevando estas bolsas si son más grandes que nosotros? Es más… ¿cómo se supone que hemos llegado a la caja, y cómo se supone que a la cajera se le ocurre cobrarle a una rana y a una pelota? ¿Y con qué dinero hemos pagado todo?
Rana: Haces demasiadas preguntas, Pelota… es una historia de ficción.

Y se fueron a su ático (Sí, tienen un ático. En el centro). Y como no tenían nada que hacer, decidieron montar una empresa por internet de venta de Viagra. Se dedicaban a hacer publicidad en blogs y a enviar spam, y con ello se iban sacando unas perras. Y un día, recibieron un e-mail peculiar. Resulta que un niño de Wisconsin había llegado a su web de venta de Viagra a través de uno de tantos links, había mirado los detalles de la empresa, y había reconocido en la foto de uno de los socios a aquella rana que había tenido durante dos días y que después había desparecido. El e-mail decía esto:

«Hola, rana. Soy el niño de Wisconsin, ¿Me recuerdas? Me gustaría que te pusieses en contacto conmigo. Por favor, escríbeme»

El mail lo vio la Pelota, y rápidamente lo borró para que la rana no lo viese. Pero la rana, que era muy astuta, había configurado una redirección de cada mail recibido a una cuenta que solamente ella conocía, por lo que vio el mail en cuestión. Y esa noche, cuando la rana y la pelota estaban durmiendo en sus camas (Inciso: la cama de la pelota era como un comedero de perro, como una especie de Gublin gigante. La de la rana era una cama normal, pero tamaño rana), la rana se despertó, cogió una sierra eléctrica, la arrancó y se acercó hasta la pelota, que dormía plácidamente. Iba a matarla, cuando de pronto la pelota se incorporó.

Pelota: ¡Pero vaya puta mierda! ¡Primero somos una rana y una pelota que hablan! ¡Después lo de Mercadona! ¡Después vendemos Viagra por internet! ¡Y ahora vienes con una sierra que tiene 40 veces tu tamaño, te acercas con ella encendida se supone que yo no me despierto! ¡Que son 400 decibelios!
Rana: 350 decibelios.
Pelota: Que no, que son 400.
Rana: Vamos a mirar en internet.

Buscaron «sierra eléctrica decibelios«, y su búsqueda les llevó al MySpace del grupo «Sierra Mortal», un grupo de metal post-progresivo con guitarra eléctrica, bajo y batería que presumían de muchos decibelios. Y como era un MySpace, aunque la rana y la pelota intentaban parar el reproductor de audio éste no respondía, así que tuvieron que escuchar la música de «Sierra Mortal».

Rana: Pues no está tan mal el grupo, podríamos ir a un concierto.
Pelota: ¿Pero tú no querías matarme?
Rana: Sí, pero ahora quiero ir al concierto.
Pelota: ¿Pero no será peligroso? Pueden pisarnos…
Rana: Confía en mí, conozco al que escribe la historia.

Y allá se fueron. El concierto estaba lleno de punkis, jebis y hardcoretas, y la rana y la pelota pasaron todo el concierto saltando y botando como los que más (Nota: La rana saltaba en vertical, no es que estuviese saltando en círculos como si fuese gilipollas), tanto que al grupo le llamó la atención y los invitaron a los camerinos. Una vez allí, el grupo les presentó a Alberto, un hámster brasileño.

Hámster: Oye chico, que buena onda.
Rana: ¿Pero tú no eras brasileño? Tu acento es cubano…
Hámster: Es que viví muchos años en Cuba.

Y así conversaban, ajenos a que una de las placas que formaban el techo se desprendía en ese momento, con la mala suerto de que tenía un clavo muy afilado sobresaliendo hacia abajo y cayó encima de la pelota, estallándola.

Rana: Pues mira, me han ahorrado el trabajo.
Hámster: ¿Y qué hacemos ahora?
Rana: ¿Hacemos? Anda y lárgate por ahí. ¡Vamos! ¡Venga! ¡Vamos!

La rana volvió al ático y contestó al mail del chico:

«¿Cuánta Viagra quieres?»

«No, no quiero viagra, quiero proponerte un negocio?

«¿Un negocio?»

«Sí»

«¿De qué se trata?»

«Se trata de hacer un buscador de internet. En un principio iría sin publicidad, y viviríamos de las ventas de Viagra de tu empresa, pero con el tiempo el proyecto será rentable»

«Oye, mejor agrégame al messenger, que me tienes el Outlook plagado de correos»

[Messenger]
Rana: Así mucho mejor.
Niño: Pues eso, un buscador. Y he pensado en llamarle Google.
Rana: ¿Google?
Niño: Sí, por el Googol.
Rana: Pues la idea me parece una mierda, pero me apunto, para desgravar.

Dado que los padres del niño no le permitían irse a vivir a Philadelphia (recordemos que es un niño en edad de cazar ranas), la rana se trasladó a Wisconsin. Y así nació el buscador que hoy todos conocemos. Y por eso, en la página principal de Google hay un botón que dice «Voy a tener suerte». Por la suerte que tuvieron la rana y el niño al montar la empresa.

Zaapa

20070427

Mi ordenador llevaba un tiempo decaído. No rendía igual, se veía saturado. Yo intentaba quitarle la carga que me era posible, pero el pobre siempre estaba a tope. Pero eso se acabó. Ahora tiene un nuevo amigo.

Se llama Zaapa y tiene 400 Gb. Ahora mi ordenador respira aliviado. Y yo también. Lo único que me jode es que sea blanco como un MAC.

Un mamut…

20070319

Algún día tendré un mamutitoHace tiempo que me he dado cuenta de que el animal de compañía perfecto es un mamut. Pero no uno de esos gigantes y grises, sino un mamut marroncito, de pelo largo, de unos 30 cms de altura. ¡Es la mascota ideal!
Llegas a casa tras un largo día de trabajo, y al abrir la puerta ves a un mamutito correteando por al pasillo hacia tí para saludarte. Por supuesto es muy sociable, no muerde y le gusta que le acaricien la cabeza y lo agarren por los colmillos. Cuando dices su nombre él responde con un gracioso barrito (barrito es el sonido que hacen los elefantes).
Ya que no se pueden conseguir GenPets vivientes, y como me gustaría tener otro animal para que haga compañía a Funky, creo que esta es la mejor opción. Pero no los hay 🙁

Actualización: Os dejo éste enlace a un vídeo que me pasa Cristiniña por mail. Parece ser que hace un tiempo tuvo cierta fama en internet, pero yo no lo había visto. El protagonista del vídeo es el mamut de la imagen que ilustra este post. Yo la saqué de Google Imágenes.